El IBM Automatic Sequence Controlled
Calculator (ASCC), más conocido como Harvard
Mark I o Mark I, fue el primerordenador electromecánico, construido en la Universidad de Harvard por Howard
H. Aiken en 1944, con la subvención de IBM. Tenía 760.000 ruedas y 800
kilómetros de cable y se basaba en la máquina
analítica de Charles Babbage.
El computador empleaba señales electromagnéticas para mover las partes
mecánicas. Esta máquina era lenta (tomaba de 3 a 5 segundos por cálculo) e
inflexible (la secuencia de cálculos no se podía cambiar); pero ejecutaba
operaciones matemáticas básicas y cálculos complejos de ecuaciones sobre el
movimiento parabólico.
Funcionaba con relés, se programaba con interruptores y leía los datos
de cintas de papel perforado.
La Mark I era una máquina digna de admirar, pues sus longitudes
eran grandiosas, medía unos 15,5 metros de largo, unos 2,40 metros de alto y
unos 60 centímetros de ancho, pesaba aproximadamente unas cinco toneladas. Pero
lo más impresionante fueron unas cubiertas de cristal que dejaban que se
admirara toda la maquinaria de su interior, recibía sus secuencias de instrucciones (programas) y sus datos a través de
lectoras de cinta perforada de papel y los números se transferían de un
registro a otro por medio de señales eléctricas. Tal vez por eso no deba
sorprendernos que a pesar de medir sólo 15 metros de largo, el cableado interno
de la Mark I tenía una longitud de más de 800 kilómetros, con más de tres
millones de conexiones. Los resultados producidos se imprimían usando máquinas de escribir eléctricas o perforadoras de tarjetas,
en la más pura tradición de IBM.
Aunque
tenía componentes electromecánicos era una máquina automática eléctrica. Era
capaz de realizar 5 operaciones aritméticas (suma, resta, multiplicación, división y referencia a resultados anteriores).
Su interior estaba compuesto por 750.000 piezas de diferentes variedades
(ruedas rotatorias para los registros, relevadores...).
Estaba compuesta de más de 1.400 interruptores rotatorios de diez
posiciones en el frente de la máquina para visualizar los valores de los
registros constantes que se le introducían. Pero además de los registros
constantes la máquina contenía 72 registros mecánicos. Cada unos de los
registros mecánicos era capaz de almacenar 23 dígitos, los dígitos que se
usaban para el signo era un 0 para signo positivo y un 9 para el signo
negativo.
La posición de la coma decimal estaba fija durante la solución de un
problema, pero podía ajustarse previamente de manera que estuviera entre dos
dígitos cualquiera. La máquina contaba también con mecanismos que permitían
efectuar cálculos de doble precisión (46 decimales), mediante la unión de dos
registros, en una forma análoga a la Máquina Analítica de Babbage.
La Mark I se programaba recibiendo sus
secuencias de instrucciones a través de una cinta de papel, en la cual iban
perforadas las instrucciones y números que se transferían de un registro a otro
por medio de señales eléctricas.
Cuando la máquina estaba en funcionamiento el ruido que producía era
similar al que haría un habitación llena de personas mecanografiando de forma
sincronizada. El tiempo mínimo de transferencia de un número de un registro a
otro y en realizar cada una de sus operaciones básicas (resta, suma,
multiplicación y división) era de 0,3 segundos. Aunque la división y la
multiplicación eran más lentas.
La capacidad de modificación de la secuencia de instrucciones con base
en los resultados producidos durante el proceso de cálculo era pequeño. La
máquina podía escoger de varios algoritmos para la ejecución de cierto cálculo.
Sin embargo, para cambiar de una secuencia de instrucciones a otra era costoso,
ya que la máquina se tenía que detener y que los operarios cambiaran la cinta
de control. Por tanto, se considera que la Mark I no tiene realmente saltos
incondicionales. Aunque, posteriormente se le agregó lo que fue llamado Mecanismo Subsidiario de Secuencia (era capaz de definir hasta 10
subrutinas, cada una de las cuales podía tener un máximo de 22 instrucciones),
que estaba compuesto de tres tablones de conexiones que se acompañaban de tres
lectoras de cinta de papel. Y se pudo afirmar que la Mark I, podía transferir
el control entre cualquiera de las lectoras, dependiendo del contenido de los
registros.
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